viernes, 3 de diciembre de 2010

El origen de la tierra

Después de la gran explosión (Big Bang en Inglés) que dio origen a nuestro universo, grandes masas individuales compuestas básicamente de partículas subnucleares (quarks) dominaban el espacio en expansión. Estas inmensas masas de gas y partículas fueron precursoras de las galaxias, las cuales están constituidas por conjuntos estelares, uno de los cuales es nuestro sistema solar.
Nuestro sistema solar se generó a partir de una masa caliente de gas y polvo (nebulosa), dentro de la Vía Láctea (nuestra galaxia). Esta nebulosa de gas y polvo colapsó a su centro por efecto de su propia gravitación y por las ondas de densidad generadas por el movimiento rotatorio de nuestra galaxia espiral. Debido a este colapso hacia su centro, la masa se calentó.
Esta masa, llamada nebulosa solar, aumentó su movimiento rotacional a medida que se contraía debido a la conservación del momento angular. La gravedad, el movimiento de rotación y la presión del gas causaron que la masa se aplanara, formando un disco con un abultamiento en el centro. Este abultamiento generaría al sol, mientras que el disco periférico daría lugar a los planetas y demás cuerpos celestes de nuestro sistema.